1.
La mayoría de lxs anarquistas creen que las elecciones son inútiles y no llevan a ninguna parte. Esto es falso, las elecciones captan las reinvidicaciones y las integran en la construcción del estado. Dividen en el espectro político y construyen otra división entre buenxs y malxs ciudadanxs, producida en relación con la clase y la raza (excluyendo a lxs no ciudadanxs, incluyendo a lxs prisionerxs).
2.
Lxs electoralistas creen que las elecciones son un medio estratégico para aprobar una agenda. Son oportunistas. Puede que tengan razón a muy corto plazo, cuando benefician de la euforia temprana de la izquierda, pero no entienden la función del Estado y la producción de sujetos, de ciudadanxs..
3.
Más comúnmente que lo contrario, el voto es para lxs “activistas” sólo una cuestión de lealtad política (la izquierda vota a la izquierda), y para otrxs una cuestión de marketing, y/o de simpatía por lxs candidatxs. Para ellxs, salirse de la lealtad política es una traición (tambien es racismo, sexismo, transfobia, lo que sea), y se le culpa de los males de este mundo.
a. Esta retórica de la traición se ha vuelto comunísima y ha seguido expandiéndose en los últimos años después del Brexit, de Trump, etc. Es la única herramienta moral de la izquierda para empujar a lo que cree ser su electorado a votar, y no siempre para ella misma.
b. También fue una retórica utilizada por el movimiento feminista mainstream en Argentina para votar en 2019 por el candidato pro-abortista, pero peronista, Alberto Fernández. Un apoyo al filofascismo argentino para mantener el programa hegemónico del feminismo mainstream sudamericano. Siguiendo la jerga neoliberal y medicalista, el “aborto” se convirtió en “Interrupción Voluntaria del Embarazo”, instrumentalizando a “las empobrecidas, indígenas, racializadas”. De hecho, el discurso dominante fue impuesto en gran medida por las ONG y las instituciones internacionales a lo largo de los años. En él, "las empobrecidas, las indígenas, las racializadas" son sólo objetos. La retórica electoral moralista de funciona en gran medida sobre un modo similar, objetivando. Es un experimento de tokenismo político de masa, tanto si los "tokenes" acaban participando en el, adoptando esa retórica, como si no.
4.
Salirse de la lealtad no debería ser un llamamiento a apoyar a los conservadores y fascistas. Debería provenir de una comprensión de la democracia como productora de Fascismo.
a. La tiranía es una forma reguladora de la democracia (más aún cuando la democracia tiene sus raíces en la esclavitud y la colonialidad), y todo intento de “reforzar la democracia”, de democratizar los gobiernos, o cualquier institución disciplinaria debería tener muy en cuenta la tiranía, la imperialidad y las categorías de raza y género siempre estructurales en sus esperadas estructuras políticas.
b. La dictadura es una función de la República. Todx republicanx, incluso de tradiciones socialistas de una República social, apoyarían una dictadura siempre que se ajuste a su modelo de Imperio preferido (aún más válido en los antiguos imperios coloniales).
c. Todo intento de detener el fascismo apoyándose sobre la tiranía (democracia) y la dictadura (populismo, republicanismo) sólo retrasaría su realización o lo transformaría, no lo desmantelaría.
5.
Lxs acratas se han opuesto históricamente al voto y al derecho de voto (Malatesta, Goldman, Parson). Estas posturas fueron vueltas obsoletas por los deseos de participar en la actividad estatal, y por la subversión que supone exigir derechos para lxs sub-ciudadanxs y/o lxs sujetxs coloniales/racializadxs.
a. El derecho al voto ha de ser apoyado para todos los sujetos de todos los estados, incluso en los llamados regímenes democráticos y/o republicanos. La gente sólo pueden reconocer la desgracia de los derechos humanos cuando los tienen, y no realizaron sus promesas.
b. Los movimientos que acaban exigiendo el derecho al voto tienen muy a menudo dos tendencias. Una que defiende su demanda en términos de “justicia” e “igualdad”, que subvierte las instituciones. Otra que ya entiende los límites de esas reivindicaciones. La primera debe ser apoyada, la segunda amplificada, ambas deben articularse juntas.
6.
La abstención es una amenaza para algunxs. Todxs lxs partidarixs de las instituciones democráticas, la burguesía humanista, los políticos y con la izquierda encabezandoles, quieren acabar con ella, sin importar los peligros que pueda esconder. Pero si la abstención fuera revolucionaria, la harían ilegal, y si se ha probado en las (pos)colonias, por ahora, sólo la hacen inmoral.
7.
Para lxs electoralistas, cada elección es más importante que la precedente, por eso nadie debería abstenerse. Para lxs anti-electoralistas, todas son iguales, por eso hay que abstenerse. Ambas posturas son equivocadas.
8.
La cuestión no es “votar o no votar”, sino evaluar dónde y cómo las clases y las comunidades resisten al Estado y al capital, y optar por los medios que satisfacen nuestros fines.
a. Dicho eso, hace tiempo que las clases bajas se niegan a votar. En Occidente, la mayoría de lxs abstencionistas blancxs nunca se atemorizarían votar al fascismo. Convertir la abstención en votos puede ser una seria amenaza fascista.
b. En Chile en 2021 la izquierda, lxs “socialistxs libertarixs” incluidxs, trabajaron en civilizar el movimiento social y entrometerlo en la llamada sociedad civil. Incluso así +53% se abstuvo, más que nunca en primera vuelta de las elecciones presidenciales, y en la secunda vuelta, la abstención la más baja de los últimos años persistió en +40% aún frente a un candidato fascista. la abstención más baja de los últimos años. Se han registrado los mayores niveles de abstención desde el restablecimiento del voto en Chile. Algunos meses antes, ni siquiera 20% participaron en las elecciones de gobernadores.. Eso ilustra bien el giro anti-estatal de la revuelta. Como reacción, los demócratas de la oposición de Izquierda comenzaron a elaborar un proyecto de ley para hacer el voto obligatorio porque los privilegiados terminan “sobre representados” cuando el voto es voluntario… Y aunque, la izquierda salió elegida, lxs presxs siguen siendo encarceladxs, la policía/militar sigue atacando a lxs mapuches insurgentes y las protestas estudiantiles urbanas. Desde Chile, el constitucionalismo puede entenderse como una estrategia para captar el rechazo a la estatalidad, para desviar las movilizaciones hacia las batallas institucionales de duración indefinida, hacia la reconstrucción nacional bajo el yugo de la Justicia, el Ejército, la Policía y el productivismo nacional.
c. Podemos y otros populismos de izquierda en España trabajaron duro para convertir el 15M en un éxito electoral. Todos los intentos de localistas, “municipalistas” y “anarquistas de barrio” han sido sumergidos por los nacionalismos regionales que se alimentaban de la represión, presentándose como los principales autonomistas (por ejemplo, Catalunya). Diez años después no queda nada del movimiento, salvo algunos esfuerzos democratizadores locales (ver 4.a.). Unidas Podemos está en su punto más bajo incluso con las recientes alianzas, y tiene 6 puntos menos que el partido fascista Vox. Las alianzas entre el Partido Popular y Vox no anuncian un éxito electoral nada evidente para el PSOE y Unidas Podemos.
d. Amenaza fascista o no, una izquierda democrática que se alimenta de los movimientos sociales es una cuestión a tomar en serio. Tanto lxs electoralistas como lxs anti-electorales no han tomado buena consideración de este hecho.
9.
Si somos estrategas (es decir, maniáticxs preocupadxs por entender la historia como una totalidad que queremos dirigir linealmente) votar es una estrategia. Para otrxs, puede ser una táctica.
10.
Como táctica, el voto no requiere que se vote realmente. Puede ser mucho más efectivo retener votos colectivamente que votar en contra de algo o de alguien.
a. La estrategia más prometedora para crear un grupo de electores que retienen sus votos ha sido la campaña de registro de votantes de la OAAU de Malcolm X. A diferencia de las estrategias electoralistas, formaba parte de un programa comunitario y no partidista.
b. La dificultad es de construir una base electoral que esté preparada para procesos destituyentes. La fuerza del proyecto de la OAAU residía en el problema de la organización de radicales negrxs en favor de los intereses negros contra la supremacía blanca. La burguesía negra era el único elemento “constituyente” en el movimiento.
c. Lxs electoralistas, en cambio, están dispuestxs a construir “nuevas hegemonías”, a educar a lxs no-votantes acerca de los beneficios de la democracia, a extender el proceso democrático, no a organizar poderes duales multidimensionales que negocien fuertemente los votos.
d. Otra forma de esta estrategia sería el modelo del abstencionismo irlandés, participar en las elecciones pero negandose a ocupar ningún asientos. Borrosando la idea de representación y subvertiendo el parlamento colonial.
11.
El estado de la izquierda y de los movimientos sociales en Occidente no permite negociar. Por eso los llamados revolucionarios están dispuestos a hacer campaña por la primera opción socialdemócrata que pueda obtener buenos resultados electorales.
a. Esos procesos de campaña están dislocando a la izquierda, lo que podría ser una buena noticia y permitirnos rechazar a la izquierda en la medida en que su objetivo siempre ha sido extender el control y la gubernamentalidad.
b. Si la derecha es paternalista, la izquierda ve al Estado como una madre que debe cuidar y mantener a “los ciudadanos” dentro de su familia. Si en serio somos por la abolición de la familia, ya deberíamos haber sido más sospechosxs de las políticas estatal/de género de la Izquierda.
12.
La raza es siempre un criterio en la participación de los votos. Por lo general, la racialización negativa disminuye la participación. Muchas veces, la supremacía blanca se organiza para dificultar voluntariamente el voto.
a. No votar es también una prueba de dignidad. En diciembre de 2021, a pesar de que podría haber sido una oportunidad para lograr una independencia legal, lxs kanaks decidieron no participar en el referéndum sobre su autonomía, en oposición a lxs leales (pro-colonos) y a las politicas sanitarias de la COVID que llevaron a la muerte de cientos de kanaks, una ilustración de la falta de respeto hacia las formas de decisión comunitaria. Esas mismas comunidades que la desastrosa gestión gubernamental de la pandemia siguió aplastando. La dignidad puede sentirse como una posición nacionalista más honorable que la de participar en las votaciones de los amos.
b. En 2001, antes de que el 11S y la Guerra al Terror la volvieron olvidable para el Occidente, Argelia vivió uno de sus momentos insurreccionales más intensos desde la independencia en 1962, la llamada Primavera Negra. Comenzando como una protesta mayoritariamente cabileña, el movimiento contra Le Pouvoir se extendió por todo el país, provocando la no-participación masiva en las elecciones de 2002, momento en el que incluso se obligó a cerrar los colegios electorales. Aunque el movimiento no alcanzó su mayor potencial destituyente, Le Pouvoir se vio obligado a minimo a reconocer la identidad y las organizaciones cabileñas. Desde entonces, varios pueblos han heredado de los eventos radicales y los han reintegrado en las prácticas comunales “tradicionales”. La abstención puede ser una herramienta revolucionaria contra el poder del Estado, incluso mientras éste mata e hiere físicamente a miles de personas en las calles.
c. En 2022 hubieron elecciones presidenciales en Francia, una vez más la amenaza fascista se amenazo los resultados, las izquierdas entraron en pánico, como ellas saben hacer, ante la idea de perder la representación política. Mientras tanto, los territorios coloniales franceses (llamados de Ultramar) se abstuvieron. Contradiciendo el dicho izquierdista de que un voto en blanco es un voto de Blanco, ahí donde el colonialismo sobrevive, la abstención sigue siendo un amparo anticolonial. Difícil decir que una participación inferior al 40% en Guadalupe y Martinica fuese “apatía” tras meses de protestas en 2021. Preferir ir a un picnic familiar en lugar de votar no es apolítico es antipolítico, un rechazo de la política para la comunidad. Tavini Huiraatir, el partido independentista de la Polinesia Francesa ocupada, llamó a oponerse a las elecciones. La participación también fue baja en la Guayana Francesa, y sin sorpresa igualmente en la Córcega blanca, que sufrió disturbios destructivos pocas semanas antes del comienzo de las elecciones. Irónicamente, en esas elecciones, la única posición en la que se plasmó el deseo insensato del movimiento descolonial francés de aliar a los paletos (proletas blancxs) y a los bárbaros (proletas de color), no se desempeñó tanto en el voto de la izquierda (que promovió) como en la abstención (que condenó). Pero era una alianza práctica, y no ideológica.
13.
El voto centra el debate en torno al interés nacional, es un empeño nacional y cualquier (anti)política anti-asimilacionista debería verlo como tal, por mucho que parezca validar el progreso de sus propias ideas y posiciones en la esfera política.
14.
Las elecciones producen sujetos individuales e identidades nacionales partidarias. La individualización es también una herramienta utilizada por los electoralistas para culpar, avergonzar a lxs no-votantes, o empujarlxs a “asumir sus responsabilidades”. Lxs radicales que suelen oponerse a la individualización se convierten en unos de sus rematadores a través del electoralismo. Lxs militantes abstencionistas de izquierda también creen en un individuo, independiente de cualquier comunidad (sea ésta “terrible”). De hecho, es el individuo el que se abstiene. A los dos lados esa division, las elecciones se convierten en un acto moral, ambos campos creyendo estar en el lado “bueno”.
15.
La única manera de hacer que las elecciones sean (ir-)relevantes es impulsar a las autonomías proletarianas y descoloniales. Esto sólo puede hacerse aprendiendo atentamente de las prácticas que provienen de las oposiciones cotidianas al capitalismo racial. Reconociendo las tradiciones radicales de resistencia detrás de lo que se persiven como apatías politicales, o detrás de la integración en los procesos electorales.
16.
La autonomía es la lucha que sigue y amplía las brechas del capitalismo racial, trabajando contra las capturas de cualquier tipo.